domingo, 9 de mayo de 2010


QUÉ ENTENDEMOS POR NO-VIOLENCIA
Hay una GRAN DIFERENCIA entre "pacifismo" y "no-violencia". El pácifismo es una forma de vida, mientras que la no-violencia es una estrategia de lucha.
En una tiranía, el MONOPOLIO de la violencia la tiene el tirano. Es tremendamente difícil, si no imposible, pretender derrocar a una tiranía desde el campo de la violencia, a menos que: tengamos detrás el apoyo de una potencia mundial, como fue el caso de "Los Contras" nicaragüenses, cuando se enfrentaron a régimen sandinista de los hermanos Ortega.
Hay otras vías para enfrentar a una tiranía... más allá de la violenta. Para ponerlo fácil, imaginémonos que nos vemos obligados a apostar todo lo que tenemos, todos nuestros bienes materiales, en una contienda contra el campeón mundial de boxeo. No necesariamente tenemos que escoger la contienda boxística. La contienda podría ser en el plano intelectual y así lo podríamos retar a un debate sobre un tema que el campeón pudiera no tener mucho conocimientos.
La estrategia de la no-violencia ha dado tantos resultados, que hasta los mismos tiranos-de-corazón la asumen para llegar al poder. Fue así, a través de la no-violencia, que Hugo Chávez logró convertirse en presidente de Venezuela, luego de haber fracasado por la vía de la violencia.
La estructura tradicional de poder de una tiranía NO ESTÁ DISEÑADA para bregar con opositores que asumen la resistencia no-violenta como estrategia de lucha. Para poder mantener la careta democratica y constitucional, los tiranos se inventa "elecciones" (farsas electorales), con la NECESARIA AYUDA de esa oposición genuflexa, falsa, complaciente y cómplice. Esos NO SON OPOSITORES, son COLABORADORES y para que el pueblo acuda a las urnas a botar sus votos, se emplea el engaño... algo que en Venezuela es un deporte viejo, a juzgar por las propias palabras de Simón Bolívar cuando en la inauguración del Congreso de Agostura, el 15 de febrero de 1819, aseguró que por el engaño nos habían dominado más que por la fuerza.
Los activistas de un movimiento de resistencia cívica no-violenta, bajo los parámetros del Dr. Gene Sharp, no pueden caer en trampas ni en engaños... al menos: no si se han estudiado el manifiesto titulado "De la Dictadura a la Democracia" y se han apegado a él.
Para aplacar una determinada tarea colectiva, dentro de la estrategia de la resistencia, el régimen pudiera recurir a la violencia e "invitarnos" a participar en ella. Si hemos leído el manifiesto del Dr. Sharp, sabremos que el régimen tratará de aplicarnos "esa"... y nosotros no aceptaremos la parada.
Aquel campeón mundial de boxeo, al verse comprometido ante el debate intelectual, intentará llevarnos al cuadrilátero, donde sabe que él es INVENCIBLE. Nosotros no lo acompañaremos... ¡tan sencillo como eso!